viernes, 29 de octubre de 2010

Diccionario de arena: maestros del universo



Maestro: n. m. Individuo que, para no ser acusado de ignorante, se asegura de que los otros lo sean tanto como él.

Pasado: n. m. Tiempo verbal apropiado a las rupturas matrimoniales. // Hipótesis del hombre que acaba de despertar. // Lugar donde la gente se equivoca y muere.

Poesía: n. f. Publicación municipal compuesta de renglones partidos (versos) en los que se celebra el día de la patrona o las fiestas mayores. // ~ contemporánea: Lo mismo pero con sexo, bares y radiofórmula en lugar de la patrona. //  ~ intimista: Lo mismo pero con la soledad y la infancia en lugar de los bares.

Poeta: adj. m. Ese al que da la mano el alcalde mientras le entrega el diploma en la página de cultura del periódico. // Falso ~: El que da la mano a demasiados alcaldes. 

         Remordimiento: n. m. Canal privado de televisión de emisión ininterrumpida.

Soledad: n. f. Cada uno de los elementos aislados que componen una reunión social.

Sueño: n. m. Obra de teatro automática. // Pretexto apropiado para la temeridad y el despilfarro.

Triunfo: n. m. Falta de decoro sistemática que cometen las personas superficiales y los falsos poetas.

         Universo: n. m. Telón de fondo de la vida del individuo donde tienen lugar todos los acontecimientos esenciales o interesantes, salvo los domingos por la tarde. 


3 comentarios:

Pascu dijo...

Reconfortante definición de poesía. Lo dice quien nunca chocó los cinco con ningún alcalde y opina que los renglones partidos sin rima son sólo espacio de papel desperdiciado.

Me pregunto si sería posible triunfar justamente un domingo por la tarde, aunque fuera en sueños.

Saludos.

César dijo...

Bierce no lo hacía mejor que tú, amigo mío. No desfallezcas y sigue así hasta completar un diccionario al menos tan grande como el del Diablo.

Respecto a la ración de talento que nos has regalado hoy, qué grato es descubrir que otros (incluyo a Pascu)tienen la misma herética opinión que yo acerca de la poesía contemporánea.

Luis Manuel Ruiz dijo...

Querido César: gracias mil por tus palabras de aliento. No, no desfalleceré, aunque me conformo con llegarle a Bierce a los dobladillos de los pantalones.

Pascu: los domingos por la tarde no funcionan ni los sueños.

Abrazos a ambos.